• noti001

19-08-2014


Se llama José Omar Reyes, pero es Willy. Es uno de los colaboradores de UPCN San Juan y recorrió esa distancia para llevar juguetes que el club donó a parroquias de zonas alejadas por el Día del Niño. Lo hizo en solitario y apoyado en su voluntad de dar una mano.

La donación de juguetes responde a las acciones solidarias de UPCN San Juan Voley, que se desarrollan con bajo perfil pero son constantes (como las clínicas en departamentos alejados, padrinazgo de entidad con chicos discapacitados, visitas a chicos enfermos en hospitales, entrega de juguetes para el Día de Reyes, entre otras). En esta ocasión fue por el Día del Niño y como destinatarios fueron elegidos los chicos que asisten a las parroquias de la villa cabecera del departamento San Martín y de la localidad de Los Berros, en Sarmiento.

Por una coincidencia circunstancial, las movilidades del club estuvieron ocupadas el día establecido para llevar los juguetes. Pero entonces apareció Willy y se ofreció a realizar el traslado en su propio vehículo. “No lo pensé dos veces y pedí hacer la entrega. Entonces cargué la primera bolsa de juguetes y me fui a San Martín, a buscar la parroquia. En el templo me recibieron muy bien y se mostraron muy agradecidos, pero no tenía mucho tiempo porque tenía que buscar más juguetes”, contó Willy.

Desde el club a la parroquia San Juan Bosco de San Martín hay 18 km hacia el Noreste, pero Willy hizo doble recorrido porque regresó a la sede de la institución a cargar más juguetes para llevarlos a Los Berros. Este es un pueblito minero del departamento Sarmiento, ubicado a casi 80 km de la ciudad de San Juan, hacia el Suroeste. El templo es el de Nuestra Señora del Carmen.

“Fue el viaje más largo y llegué un poco cansado. Pero otra vez me atendieron muy bien, me invitaron hasta frutas y mientras estaba entregando los juguetes aparecieron los niños, que se habían enterado de la donación. Fue el momento más emotivo porque me abrazaron, me hacían chistes, me preguntaban por los jugadores”, relató Reyes.

Luego, Willy volvió a transitar las rutas. Fueron otros 80 km hacia la ciudad, para totalizar casi 200 km en un mismo día. “Terminé agotado, pero de Los Berros creo que volví con una sonrisa todo el tiempo. Fue una linda experiencia y las risas de los chicos y el rato que compartimos con los juguetes valió todo el esfuerzo”, confesó Willy.