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29-09-2014


El central rosarino Pablo Crer se sumó a la pretemporada de Personal Bolívar y, pese a no haber tenido descanso en el último año, está muy entusiasmado y con las energías intactas: “Le pedí a Javier que nos mate, tengo muchas ganas de ganar”.

Sin descanso, apenas con unas horas en su Rosario natal, el central arribó a San Carlos de Bolívar para emprender una nueva etapa en el club. “Estando en Polonia veía fotos de los chicos o noticias del equipo y me daba muchas ganas de estar acá”, dijo.

- ¿Cómo se renuevan las expectativas tan rápido y después de jugar al máximo nivel mundial?
- La verdad que las ganas las tengo hace rato y cuando hablé con Javier le pedí por favor que nos mate en los entrenamientos, porque tengo muchas ganas de ganarlo todo, más que nunca.

- ¿Algún motivo especial para sentir esas ganas?
- Puede ser. Quedó una espina después de mi último año, cuando perdimos contra UPCN. Teníamos muchos jugadores buenos, pero no pudimos formar un equipo. Ahora ya noté enseguida un grupo muy unido y humilde que está trabajando para ser un gran equipo, con todas las letras.

- ¿En qué creció Pablo Crer durante su temporada en Italia?
- Creo que deportivamente hice un click grande porque sabía que nunca podía bajar mi exigencia. Generé otra mentalidad. Allá tenía que hacer cada cosa al 100% y creo que así debe ser en todos lados.

Su experiencia en la Serie A1 de Italia, donde terminó entre los mejores centrales y bloqueadores de la Fase Regular vistiendo la casaca de Vibo Valentia, no fue sino el primer paso en la meca mundial, ya que hace pocos días terminó de jugar el Campeonato Mundial en Polonia. Otro sueño hecho realidad…

“Fue como jugar el Mundial de fútbol en Brasil. Un clima hermoso por todos lados. Sabía que es terrible ahí, pero una cosa es oírlo y otra vivirlo en un torneo así. En el partido contra Estados Unidos había 35 mil personas alentando por Argentina, dentro y fuera de la cancha, porque Polonia necesitaba que ganemos. Fue algo increíble”, resaltó.

- ¿Cuán imponente fue la euforia del público?
- Para que la gente se dé una idea, en la calle muchas veces teníamos que caminar con policías adelante y atrás porque la gente se te tiraba encima para sacarse una foto o pedir un autógrafo.

- ¿Se puede hacer un balance objetivo?
- Sí, seguro, pero no es sencillo. La realidad es que los resultados de la primera ronda fueron los que se esperaban y en la segunda fue al revés de la lógica. El partido contra Serbia para mí fue un golpe muy duro, costó levantarse y así nos fue con Irán. Por suerte después remontamos y se terminó con dos victorias muy importantes. Pero queda la espina de saber que a Serbia creímos que se le podía ganar, pero se nos quemaron todos los papeles y salió todo mal.

- A diferencia de años anteriores te tocó correr desde el banco, ¿qué análisis hacés desde lo personal?
- Como cualquier jugador esperaba y, sobre todo, quería jugar más. Pero al mismo tiempo eso me motivó a entrenar con mayor dedicación, se transformó en un desafío. Hay que entender y saber que el banco de suplentes está para entrar y hacer las cosas bien cuando a uno le toca. Hay que respetar las decisiones del entrenador y aprender de cada indicación. Por suerte, cuando me tocó jugar aporté lo mío y terminé muy contento porque creo que fui parte de la llave para ganar ante Italia y Estados Unidos.

- ¿Qué le falta a Argentina para dar ese salto que muchos esperan?
- Hay que trabajar, seguir intentando, y tratar de que tres o cuatro jugadores jueguen a un buen nivel al mismo tiempo. Eso no lo solemos tener, y cuando salió se logró vencer a dos potencias.